Otro minero de Bitcoin cerró sus operaciones esta semana, aunque la noticia no fue tan impactante. El último cierre, de Giga Watt, con sede en Estados Unidos, que quebró el año pasado, sigue una tendencia entre las grandes operaciones mineras que se remonta a años atrás.
Quiebra al cierre
Después de declararse en bancarrota el año pasado, Giga Watt, que se lanzó en 2017, anunció en un mensaje de Telegram que cesaría todas las operaciones. “Como se informó en noviembre de 2018, Giga Watt se presentó voluntariamente ante el Tribunal de Quiebras en busca de alivio y reorganización de la deuda”. Todas estas tendencias de cierres de la minería criptográfica, ocurren justo con la cotización de las criptomonedas en crisis.
Una tendencia recurrente
El caso de Giga Watt no es de ninguna manera único: varias empresas mineras han tenido que cerrar sus puertas luego de los prolongados mercados bajistas en los últimos años, debido a la caída de los ingresos. En 2016, Knc Miner, una de las operaciones mineras de más rápido crecimiento, se declaró en bancarrota y tuvo que cerrar, a pesar de tener una perspectiva positiva y recaudar más de $ 32 millones en fondos de riesgo de inversionistas.
Otra compañía aparentemente prometedora fue 21E6, que más tarde se convirtió en 21.co. Respaldada por destacados inversionistas de Silicon Valley, la compañía minera recaudó $ 70 millones en 2013. Pero las cosas empeoraron y terminaron con arrendamientos de centros de datos a largo plazo y una caída en los ingresos. La compañía se salvó después de que se convirtió en Earn.com y se vendió a Coinbase.
Hashfast, Alydian y Cointerra son más ejemplos que sufrieron destinos similares, con arrendamientos de centros de datos a largo plazo, pero ingresos decrecientes. Las condiciones del mercado bajista evidentemente también exacerbaron los problemas de Giga Watt. La extracción de BTC se ha vuelto menos rentable debido a una caída en los precios, dejando a muchos mineros al borde del colapso.
Algunas operaciones mineras están empacando y mudándose a países como Mongolia, buscando beneficios como electricidad más barata y un clima más fresco.
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